Nepal está en una encrucijada: la prioridad ahora es restaurar el ordenPublicado a las 14:32 Tiempo de verano británico
Anbarasan Ethirajan
Reportero de asuntos globales

Las protestas no solo no tienen precedentes, sino que también reflejan el descontento generalizado sobre la clase política en esta nación Himalaya.
La ira contra los líderes políticos es evidente con las casas de varios ministros y otros políticos que se destrozan y se incendian.
Según los informes, algunos líderes, incluidos los ministros, se han refugiado con las fuerzas de seguridad.
Hasta ahora, los manifestantes no han explicado sus demandas aparte de reunirse bajo la llamada anticorrupción más amplia. Las protestas parecen espontáneas y parece que no hay liderazgo organizado.
Aunque el primer ministro, KP Sharma Oli, ha renunciado, no hay claridad inmediata sobre quién lo reemplazará o si hay alguna otra estructura de gobierno.
Con la mayoría de los políticos superiores corriendo para cobrar, no hay nadie a cargo. El hecho de que los jefes de seguridad y los burócratas apelen a la calma indican que el liderazgo político ha quedado en segundo plano.
Por el momento, parece haber un vacío de potencia en Nepal. Si no hay gobierno ni ninguna otra autoridad interina pronto, entonces son las posibilidades de que la violencia pueda dar un giro feo.
El ejército nepalés es respetado y podrían desempeñar un papel en el orden. Si bien han peleado una larga guerra civil con los maoístas, dudarían en la gestión de la ley y el orden, que es esencialmente el trabajo de la policía y otras agencias de seguridad.
Pero alguien necesita tomar una delantera, ahora.
A diferencia de los levantamientos en Bangladesh y Sri Lanka, aquí la gente parece estar descontenta con toda la clase política y por su mala gestión del país a lo largo de las décadas.
Nepal ha tenido 14 primeros ministros desde 2008, cuando los rebeldes maoístas se unieron a la corriente principal, y el país se convirtió en una república. El continuo jocado político por el poder, con fiestas que cambian de alianzas, ha decepcionado a muchos, particularmente a los jóvenes.
En ausencia de cualquier liderazgo o autoridad, lo que sucederá en Nepal será una suposición de nadie.
La prioridad ahora es restaurar el orden.