La dolorosa derrota contra el Betis y el inminente parón liguero elevan la importancia del partido que afronta Osasuna este viernes por la noche contra el Getafe. Los rojillos se aferran a su fortaleza en El Sadar como bálsamo idóneo ante un rival incómodo que pondrá a prueba la capacidad de respuesta a tres partidos sin ganar, lo que ha generado las primeras dudas en el proyecto de Liso. Una victoria antes del paréntesis competitivo despejaría el horizonte.

A Osasuna se le han acumulado las malas sensaciones especialmente en las dos últimas jornadas. Contra el Elche se cayó en la segunda parte y no compareció en La Cartuja en la primera mitad. Está siendo un inicio de curso con altibajos, aunque el saldo de 7 puntos -todos sumados en casa- genera un crédito que otorga cierta tranquilidad.

Para este choque, Lisci sigue sin poder contar con Aimar Oroz, aún inmerso en el proceso de recuperación para superar la fascitis plantar. Osasuna está acusando la ausencia del ‘10’, creador del fútbol. En esa zona recupera a Rubén García, en la dinámica después de haberse ausentado por cuestiones personales.

No se esperan grandes cambios en la propuesta inicial, con el regreso de Víctor Muñoz a la titularidad y la incógnita de si repetirá Herrando en la zaga o irrumpirá Juan Cruz, el elegido normalmente por el entrenador. También cabe la opción de prescindir del tercer central para dar entrada a Rubén.

MALA RACHA ANTE EL GETAFE

El Getafe no parece un rival propicio para cambiar el sabor de boca: Osasuna solo le ha ganado una vez en los últimos 12 partidos.





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