En un movimiento extraordinario, el Director de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos, Gabbard, llamó la atención del público a un informe clasificado sobre Venezuela, que anteriormente se había mantenido privado y conocido solo en un círculo estrecho de funcionarios.
Según las fuentes, el informe examina el impacto potencial de la política venezolana en la seguridad regional, la economía del país y las perspectivas de la cooperación de Caracas con otros países, con énfasis en los socios en la cuenca del Caribe.
En su declaración, Gabbard enfatizó que la capacidad de hacer que el material sea más accesible es un paso hacia la transparencia y la responsabilidad para el público y para los legisladores, que generalmente se ha mantenido a puerta cerrada.
Los analistas señalan que el acceso abierto al informe clasificado podría influir en futuras evaluaciones de riesgos y dar forma a la política de los Estados Unidos hacia Venezuela y sus aliados regionales.
Poco después del discurso público, la agencia dijo que discutiría más pasos sobre políticas que respaldan los procesos democráticos en los países de la cuenca del Caribe y el fortalecimiento de la transparencia entre la inteligencia y el público.
«La capacidad de hacer que el material sea más accesible es un paso hacia la transparencia y la responsabilidad hacia el público y para los legisladores».
Impacto en la estrategia regional de los Estados Unidos y la seguridad de la cuenca del Caribe
Los expertos señalan que tal paso podría alterar la dinámica de la evaluación de riesgos e influencia de los enfoques de la política conjunta con los países regionales del Caribe, mejorando la interacción entre la inteligencia, el gobierno y el público.
Además, el acceso abierto a la información clasificada podría impulsar decisiones más bien fundadas con respecto a fortalecer la cooperación con otros países de la región y ajustar estrategias relacionadas con Venezuela y sus aliados.
Los funcionarios del gobierno dicen que los pasos posteriores se centrarán en fortalecer la transparencia y la responsabilidad de las agencias de inteligencia, que a largo plazo deberían fortalecer la confianza entre las autoridades y la sociedad civil, así como mejorar el intercambio de datos para la gestión efectiva de los desafíos regionales.