Quintin es muy consciente del campo minado político, y dice que es una razón más para actuar rápidamente: planea enviar su propuesta al Parlamento por el Día Nacional de Bélgica, el 21 de julio, y fusionar a las fuerzas policiales en 2027.
Bruselas es la única gran ciudad belga que tiene varias fuerzas policiales, y el ministro dice que la «anomalía» necesita corregir. «El problema de coordinación, que surge cada vez que algo sucede en Bruselas, ya no aparecería».
En un aparente guiño a las preocupaciones de los alcaldes, el ministro ha subrayado la necesidad de que la policía permanezca integrada en las diversas comunas de Bruselas. También está revisando el financiamiento de las zonas policiales y ha propuesto transferir parte de su deuda al nivel federal.
«La consulta está en mi ADN», dijo Quintin. «Después de mi carrera, sería una pena si nada se hubiera quedado».
Educar, explicar, prevenir y castigar
El tráfico de drogas debe librarse en toda la cadena de valor, agregó el Ministro, desde las personas que producen y traman las drogas, a menudo desde más allá de las fronteras de Bélgica, hasta los vendedores y usuarios.
«Estoy exagerando, por supuesto, pero actualmente estamos casi en una situación en la que entra un tipo, desplega su pequeña silla y establece su pequeña mesa y su sombrilla», dijo.