Todo estaba preparado para que fuera la fiesta de Karim Benzemapero el problema que tuvo el francés es que se encontró en el camino a un viejo conocido y todo el mundo sabe, y el francés el primero, que no se anda con tonterías.
Por Yeda apareció esa nueva versión del Al Nassr de Cristiano Ronaldo para dar y amargar la noche a los 60.000 aficionados de Al Ittihad, que llenaron el King Abdullah, creando un ambiente que nada tiene que envidiar a un clásico de LaLiga o de la Premier. De poco sirvió a su equipo, superado de principio a fin por el Al Nassr.
Al minuto y medio ya avisó Joao Felixaunque si bien es cierto que segundos después Benzema dejó un par de detalles de los suyos para Asistencias de Bergwgentodo invitaba a pensar que el Al Nassr iba a certificar pronto el claro dominio que ejercía sobre el campo.
Era cuestión de tiempo y no hizo falta esperar mucho. La presión asfixiaba al actual campeón. Sus jugadores eran incapaces de sacar el balón y antes del minuto diez, Mané dejó patente la diferencia que ahora mismo parece existir entre los dos equipos.
Los primeros silbidos procedentes de la grada no hacían presagiar nada bueno a un Laurent Blanc, que ya está cuestionado y con el crédito perdido de la Liga y Copa logradas la pasada temporada. Tanto es así, que el gol de Cristiano Ronaldo, al más puro estilo CR7 vestido de blanco madridista apareciendo con fuerza y poderío aéreo (947)hicieron temblar los cimientos de un Al Ittihad que arrancado la campaña con dudas, sumando ya tres derrotas entre Liga, la Supercopa y la Champions.
Si bien hace diez meses, el que salió muy perjudicado de este estadio fue Carlo Ancelotti, ahora es el técnico francés, el que empieza a sentir los rumores a su alrededor. Y aquí, en el fútbol saudí, las decisiones se toman de una manera muy rápida. Demasiado.
La segunda mitad se desarrolló como la primera. El peligro vestía de blanco, con un Joao Félix que parece sentirse muy a gusto lejos de Europa. Y es que además el Al Nassr ha ganado en seguridad defensiva, que era en lo que fallaba la pasada temporada, con un Íñigo Martínez en plan mariscal. La impotencia amarilla era tal, que si Cristiano Ronaldo hubiera estado mínimamente inspirado en la segunda parte, el récord de los mil goles se le habría acercado y bastante, ya que falló hasta tres claras ocasiones, dos de ellas se puerta vacía.
Benzema lo intentó de todas las maneras posibles, pero el delantero se veía obligado a bajar hasta su propio campo para dar un poco de sentido al juego de su equipolo que le alejaba de su zona de influencia, perdiendo su equipo toda la capacidad de generar algo de peligro, dejando preocupante muestras de pasar por un pésimo momento de juego y de confianza.